El ejercito inca, las comunicaciones y la guerra

El ejercito inca, las comunicaciones y la guerra

Entre los elementos más sobresalientes del Tahuantinsuyo está la enorme red de caminos, puentes, fortalezas y posadas construida por los incas. En efecto, mientras en los albores de la era cristiana, «todos los caminos conducían Roma», en el siglo XV, «todos los caminos conducían a Cuzco». Los especialistas han determinado que la extensión de la red caminera incaica podría alcanzar los 40 mil kilómetros, habiéndose hallado hasta ahora poco menos de 25 mil kilómetros de caminos.

Camino del Inca esculpido en la roca

Camino del Inca esculpido en la roca

Las rutas construidas por los incas tendían a ser rectas, salvo en los lugares donde el relieve obligaba a modificar su curso. En las montañas abundan las escalinatas talladas en las mismas rocas y los angostos desfiladeros que recorrían las pendientes andinas en forma zigzagueante. Las rutas eran utilizadas por los chasquis o mensajeros que se trasladaban a pie portando los célebres quipus con todo tipo de información para las autoridades del Cuzco. Asimismo, los caminos cumplían una función estratégica para el desplazamiento rápido del ejército imperial y para las recuas de llamas que cargaban los productos elaborados en todos los rincones del Tahuantinsuyo. Cada ciertos tramos del camino, había posadas o tambos que proporcionaban alimento a los viajeros, permitían el recambio de llamas y abastecían al ejército en sus desplazamientos.

Escena de Guerra en el Imperio Incaico

Escena de Guerra en el Imperio Incaico

La organización bélica de los incas fue un factor clave en sus conquistas. Todos los hombres físicamente aptos entre 25 y 50 años de edad, debían prestar un servicio militar. La jefatura del ejército estaba a cargo de generales nobles que obedecían en última instancia al Sapa Inca. La disciplina militar era muy rígida, aunque una vez en combate las tropas se dispersaban en una lucha cuerpo a cuerpo. Asimismo, los incas implementaron variadas tácticas, como los movimientos envolventes o las falsas retiradas, que les permitieron derrotar a poderosos enemigos. Las principales armas eran la estólica o lanzadardos, los arcos y flechas, la macana y, especialmente, la honda.

Pucará Incaico

Pucará Incaico

El enfrentamiento en el campo de batalla sólo era el último recurso empleado por los generales incas. Antes de llegarse a un desenlace armado, los incas montaban un aparato diplomático cuyo objeto era convencer a los jefes enemigos de su sumisión pacífica al imperio, a cambio de lo cual se les garantizaban sus privilegios. Los jefes militares incas entregaban regalos y hacían demostraciones de su poderío, ante lo cual muchos potenciales enemigos fueron convertidos en aliados.

Machu Picchu, Ciudad Incaica en el Valle Sagrado

Machu Picchu, Ciudad Incaica en el Valle Sagrado

Las fortalezas o pucarás fueron otro de los elementos característicos de la organización militar imperial. Estratégicamente ubicadas en las alturas cumplían el propósito de vigilar el entorno y defender las ciudades importantes, como el caso de Sacsahuamán a cargo de la protección del Cuzco. Los pucarás eran de piedra (granito), poseían varias dependencias para albergar a los soldados, comida y a un número de yanaconas que cumplían tareas de servicio.

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